jueves, 28 de febrero de 2008

Los otoños de mi vida.

Hoy yendo por la Avenida Universidad hacia el centro de mi ciudad sentí algo especial en el aire.
Al principio no me dí cuenta de qué era eso que olía.
Pero muy pronto, lo reconocí.
Ese acortarse de los días lentamente, ese volver de la gente a sus trabajos y escuelas,
esa perspectiva de cambiar los tórridos días veraniegos
por otros más dulces y más soportables,
ya me estaban indicando que entraremos al mes de Marzo,
el mes del Otoño.
Mi estación favorita porque después de ella vendrá mi segunda favorita:
el invierno.
Y eso me hace sentir ligera y feliz porque funciono mejor con el frío que con el calor.
He vivido miles de otoños en mi larga vida y ninguno me defraudó.
Lo he visto en Santiago de Chile y en las playas chilenas alrededor de la capital.
En la Cordillera de Los Andes, maravillosa en toda época.
En Argentina lo viví en Gualeguaychú, muy tibio, casi otro veranito, en Mendoza
con los tonos ocres más hermosos que se hayan pintado y en Córdoba, caprichoso
y ventoso, maltratando las hojas que lleva de un lado para el otro como dándoles la oportunidad
de un último viaje.
El otoño vivido en cada uno de estos lugares tiene un sabor especial.
Solo por ser otoño.
Solo porque me alejo por unos meses de los días de calor.
Porque el invierno y la primavera son bonitos y el otoño me llevan a ellos.
Si tengo la suerte de llegar a otro verano este año, será con
la alegría de esperar otro otoño que me alejará de nuevo de los
tremendos días de verano.
Realmente para mí, el otoño es la mejor estación del año.
Y ya le estoy dando la bienvenida.

2 comentarios:

cyber dijo...

Bienvenido ese otoño que te hizo escribir así.

Maria dijo...

Gracias amiga, si tuviera el smiley del abracito acá lo estaría usando...