viernes, 16 de septiembre de 2011

EN PAZ.

Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fuí el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
... Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
 ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas
mas no me prometiste tú solo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fuí amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida nada me debes! ¡Vida estamos en paz!

AMADO NERVO

Un angel se despidió.



Esa calurosa tarde de verano en que tenía la cabeza en blanco viendo jugar a un nieto, de pronto me sobresaltó el sonido de un llamador de ángeles que tengo adentro de casa y por lo tanto, ninguna brisa de viento ni aire acondicionado que no funcionaba en ese momento movió el llamador...
Lo miré y en la suavidad del movimiento apenas perceptible, supe...

Alguien se venía a despedir de mí para volar al cielo.

Mi corazón se estrujó de pena y solo atiné a abrazar a mi nieto. Comprendí que era la voluntad divina y que nada podríamos hacer.

Le dije "Adios" en silencio. "Hasta pronto, gracias por haber venido a despedirte" y un pedacito de mi corazón se fue con ese ángel al que conoceré un día.

Tomé la manito de mi nieto y salimos a enfrentar lo que seguía...

Nunca olvidaré esa tarde de verano y el llamador de ángeles no ha vuelto a moverse solo.