Santa Teresa de Ávila me encontró de nuevo.
No yo a ella sino ella a mí.
Y es la segunda vez en mi vida que esta santa Doctora de la Iglesia, a la que admiro, me encuentra y me pregunta por qué caminas sola ?
Te llevo de la mano, como la otra vez, en tu adolescencia.
Es demasiado extraño que al salir de mi blog y apretar un simple click, haya caído en un blog llamado :"De la mano de Teresa de Jesús" y me haya quedado largo rato leyendo sobre ella y las dos Carmelitas seglares dueñas del blog, que, cautivadas por los santos del Carmelo quieren seguir su camino...
O es cosa común que un blog llamado "Caminando con..." se encuentre con otro llamado "De la mano de..."?
Está bien, no estoy sola.
Estoy muy bien acompañada por mis amigas...
Pero mis amigas y yo, bien podemos ir por la vida caminando de la mano de una mujer poco común, tan adelantada a su época, muy especial, ella...
la que escribía "Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero
que muero porque no muero."
Ella, la patrona de mi secundario, la Escuela Normal Santa Teresa.
Dirigido por las monjas seglares de la Institución Teresiana, fundada por el padre san Pedro Poveda por allá por los tristes tiempos en que en España te fusilaban si te veían con un hábito de cura o de monja.
A él se le ocurrió que las Teresianas siguieran dando clases en las escuelas públicas, sin hábito para no ser reconocidas, pero para poder hablar de Jesús a los niños libremente.
Santa Teresa de Ávila los acompañaba aunque desgraciadamente el padre Poveda y alguna Teresiana más fueron fusilados en 1936 por no renegar de su religión, junto a muchos otros curas y monjas.
La Institución Teresiana siguió creciendo y se expandió por todo el mundo.
En Santiago de Chile tenían varios colegios, entre ellos la Normal Santa Teresa donde me recibí de maestra.
Pero antes de eso, estaba yo en un colegio secundario donde ya había hecho toda la primaria. Era una escuela de doble turno y doble idioma : italiano y castellano. Entrábamos a las 8 de la mañana y salíamos a las 17 horas.
A mis 13 años algo de rebeldía entró a mi vida y no quise estudiar más.
Me hartaban el italiano, el latín y casi todas las otras materias.
Podía estar horas en mi cuarto leyendo o escuchando música pero de hacer deberes o estudiar, nada.
Cuando llegó fin de año, se vieron los resultados : llevaba tantas materias a Marzo que quedaba repitiendo.
No me importaba nada, no quería seguir estudiando y no quería y no quería.
Me dejaron sin vacaciones y me mandaron a trabajar de aprendiz de modista donde una señora amiga de la familia, modista de alta costura ella.
Si me hubieran pegado o echado de la casa, no me hubiera dolido tanto : odio la costura con toda mi alma y solo quería salir de esa casa llena de humo ya que la señora fumaba a lo chimenea mientras trabajaba y hasta empecé a robarle algún cigarrillo para ver qué le atraía tanto a ella y a mí me molestaba.
Lloraba todas las mañanas cuando mi pobre papá me llevaba de paso tempranito a "mi trabajo".
Me preguntaban si quería volver a estudiar en Marzo, repitiendo el año y en el mismo colegio.
Y yo nada !
Nó.
Era mi respuesta.
Hasta que un día a fines de Febrero casi, un sacerdote que visitaba a mi familia muy seguido le habló a mis padres de esta Normal donde se recibía formación docente. Él les dijo que me había visto de chica jugar con otros niños a la "maestra" muy seguido y que reconocía en mí la "vocación" docente. No obstante, sería cosa de ir viendo si la cosa funcionaba.
Me preguntaron y no supe qué decir...
Yo maestra ?
estar todo el día con esos chiquitos divinos que eran mi locura ?
Pero sería posible para una vaga como yo ?
Dicho y hecho, fuimos a preguntar por vacantes y esas cosas. No es fácil para una repitente el camino.
Apenas llegamos con mi madre al gran salón de entrada de la escuela, a quién ven mis ojos por
vez primera ?
Pues sí
ahí estaba ella presidiendo el salón
y me estaba mirando y me estaba esperando para tomarme de la mano.
Casi pude sentir el abrazo de la estatua de Santa Teresa.
" Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,la paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,nada le falta.
Solo Dios basta."
En la secretaría nos dijeron que ya era un poco tarde para inscripción.
Fue la primera teresiana que conocí, la señorita Julia.
Sin embargo si yo rendía bien los exámenes de lengua, matemáticas y religión, harían una excepción y podría quedar en esa escuela rebajándome un año por las características de la enseñanza.
Dije sí.
El padre Riveros, el amigo de la familia, vino por una semana todas las tardes a estudiar conmigo.
No estaba tan perdida y los frutos de una buena educación se notaron cuando se necesitaron.
Rendí todo bien y con excelentes notas bajo la mirada de de Santa Teresa.
Cuando entré a esa escuela la vida cambió mucho para mí.
Conocí la vida de las teresianas y de Santa Teresa más a fondo.
Tanto, que casi me hago teresiana.
Pero una de ellas, la señorita Adriana, descubrió que mi vocación no era ser religiosa. Debía salir, trabajar y formar un hogar.
No yo a ella sino ella a mí.
Y es la segunda vez en mi vida que esta santa Doctora de la Iglesia, a la que admiro, me encuentra y me pregunta por qué caminas sola ?
Te llevo de la mano, como la otra vez, en tu adolescencia.
Es demasiado extraño que al salir de mi blog y apretar un simple click, haya caído en un blog llamado :"De la mano de Teresa de Jesús" y me haya quedado largo rato leyendo sobre ella y las dos Carmelitas seglares dueñas del blog, que, cautivadas por los santos del Carmelo quieren seguir su camino...
O es cosa común que un blog llamado "Caminando con..." se encuentre con otro llamado "De la mano de..."?
Está bien, no estoy sola.
Estoy muy bien acompañada por mis amigas...
Pero mis amigas y yo, bien podemos ir por la vida caminando de la mano de una mujer poco común, tan adelantada a su época, muy especial, ella...
la que escribía "Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero
que muero porque no muero."
Ella, la patrona de mi secundario, la Escuela Normal Santa Teresa.
Dirigido por las monjas seglares de la Institución Teresiana, fundada por el padre san Pedro Poveda por allá por los tristes tiempos en que en España te fusilaban si te veían con un hábito de cura o de monja.
A él se le ocurrió que las Teresianas siguieran dando clases en las escuelas públicas, sin hábito para no ser reconocidas, pero para poder hablar de Jesús a los niños libremente.
Santa Teresa de Ávila los acompañaba aunque desgraciadamente el padre Poveda y alguna Teresiana más fueron fusilados en 1936 por no renegar de su religión, junto a muchos otros curas y monjas.
La Institución Teresiana siguió creciendo y se expandió por todo el mundo.
En Santiago de Chile tenían varios colegios, entre ellos la Normal Santa Teresa donde me recibí de maestra.
Pero antes de eso, estaba yo en un colegio secundario donde ya había hecho toda la primaria. Era una escuela de doble turno y doble idioma : italiano y castellano. Entrábamos a las 8 de la mañana y salíamos a las 17 horas.
A mis 13 años algo de rebeldía entró a mi vida y no quise estudiar más.
Me hartaban el italiano, el latín y casi todas las otras materias.
Podía estar horas en mi cuarto leyendo o escuchando música pero de hacer deberes o estudiar, nada.
Cuando llegó fin de año, se vieron los resultados : llevaba tantas materias a Marzo que quedaba repitiendo.
No me importaba nada, no quería seguir estudiando y no quería y no quería.
Me dejaron sin vacaciones y me mandaron a trabajar de aprendiz de modista donde una señora amiga de la familia, modista de alta costura ella.
Si me hubieran pegado o echado de la casa, no me hubiera dolido tanto : odio la costura con toda mi alma y solo quería salir de esa casa llena de humo ya que la señora fumaba a lo chimenea mientras trabajaba y hasta empecé a robarle algún cigarrillo para ver qué le atraía tanto a ella y a mí me molestaba.
Lloraba todas las mañanas cuando mi pobre papá me llevaba de paso tempranito a "mi trabajo".
Me preguntaban si quería volver a estudiar en Marzo, repitiendo el año y en el mismo colegio.
Y yo nada !
Nó.
Era mi respuesta.
Hasta que un día a fines de Febrero casi, un sacerdote que visitaba a mi familia muy seguido le habló a mis padres de esta Normal donde se recibía formación docente. Él les dijo que me había visto de chica jugar con otros niños a la "maestra" muy seguido y que reconocía en mí la "vocación" docente. No obstante, sería cosa de ir viendo si la cosa funcionaba.
Me preguntaron y no supe qué decir...
Yo maestra ?
estar todo el día con esos chiquitos divinos que eran mi locura ?
Pero sería posible para una vaga como yo ?
Dicho y hecho, fuimos a preguntar por vacantes y esas cosas. No es fácil para una repitente el camino.
Apenas llegamos con mi madre al gran salón de entrada de la escuela, a quién ven mis ojos por
vez primera ?
Pues sí
ahí estaba ella presidiendo el salón
y me estaba mirando y me estaba esperando para tomarme de la mano.
Casi pude sentir el abrazo de la estatua de Santa Teresa.
" Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,la paciencia todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,nada le falta.
Solo Dios basta."
En la secretaría nos dijeron que ya era un poco tarde para inscripción.
Fue la primera teresiana que conocí, la señorita Julia.
Sin embargo si yo rendía bien los exámenes de lengua, matemáticas y religión, harían una excepción y podría quedar en esa escuela rebajándome un año por las características de la enseñanza.
Dije sí.
El padre Riveros, el amigo de la familia, vino por una semana todas las tardes a estudiar conmigo.
No estaba tan perdida y los frutos de una buena educación se notaron cuando se necesitaron.
Rendí todo bien y con excelentes notas bajo la mirada de de Santa Teresa.
Cuando entré a esa escuela la vida cambió mucho para mí.
Conocí la vida de las teresianas y de Santa Teresa más a fondo.
Tanto, que casi me hago teresiana.
Pero una de ellas, la señorita Adriana, descubrió que mi vocación no era ser religiosa. Debía salir, trabajar y formar un hogar.
A Dios se lo ama y se lo sigue en todos lados.
Solamente tengo gratísimos momentos que agradecer a la Institución que me cobijó en un momento en que no sabía qué hacer con mi vida y estar eternamente agradecida a Santa Teresa de Jesús que me tomó de la mano en mi adolescencia y me volvió a encontrar en un blog de Internet para seguir caminado conmigo.
Solamente tengo gratísimos momentos que agradecer a la Institución que me cobijó en un momento en que no sabía qué hacer con mi vida y estar eternamente agradecida a Santa Teresa de Jesús que me tomó de la mano en mi adolescencia y me volvió a encontrar en un blog de Internet para seguir caminado conmigo.
"No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor! Muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
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