viernes, 16 de septiembre de 2011

EN PAZ.

Muy cerca de mi ocaso yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fuí el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje la miel o la hiel de las cosas
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
... Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
 ¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas noches de mis penas
mas no me prometiste tú solo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fuí amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida nada me debes! ¡Vida estamos en paz!

AMADO NERVO

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